Por Ar Mendoza
En días pasados platicaba con un colega que aseguraba que el pueblo mexicano era desmemoriado y que poco o nada le interesaban los temas políticos referentes a su demarcación. Yo aseguraba que de a poco la sociedad iba involucrándose más en los asuntos referentes al bienestar o malestar de la población, quizá porque la información se ha ‘democratizado’ de cierta manera gracias a las redes sociales.
Mientras el café y los cigarros se consumían, el debate se tornaba más intenso; él ponía el ejemplo de las aspiraciones de Silvano Aureoles a la Presidencia de México, decía: “mira está anunciando que quiere ser líder de la oposición para las elecciones del 2024 después del desmadre que dejó en el Estado, después de los millones de pesos que se gastó en excentricidades, pero al pueblo ya no le interesa nada de eso, ya se olvidaron de todo el mal que causó y el gobierno no va hacer absolutamente nada para ‘embotarlo’.
Después de un par de segundos, di en el clavo de que Silvano Aureoles era como ‘Pennywise’, la criatura de la famosa saga ‘Eso’, un personaje que se alimenta del miedo de los demás. Solo que en este caso el ex mandatario michoacano, se aprovecha de los medios de comunicación y de las respuestas de sus opositores para crecer y tomar fuerza… en pocas palabras, se alimenta de la atención.
En ese momento, le comenté a mi colega que la estrategia de Silvano Aureoles era simple, pero funcional. Meterse a la pelea por la Presidencia, jalar reflectores nacionales, emprender una gira por todo el país para que quieres no lo conozcan al menos sepan quién es y en dado caso de que el gobierno pise el acelerador de las carpetas de investigación, éste pueda asumirse como un perseguido político e intentar jugar el papel de víctima.
“En efecto, hasta que concordamos en algo, Silvano busca aprovecharse del pueblo desmemoriado para incrustar su idea de cambio y purificación”, decía mi colega. Yo destacaba que la estrategia del oficialismo debía ser la de acelerar esos procesos de investigación y no entrar al juego de los dimes y diretes, puesto que eso únicamente favorecía a Aureoles.
Cuando terminó la plática, tomé mi celular para revisar los tan acostumbrados mensajes de WhatsApp que no paraban de sonar. Era el grupo de prensa del legislador morenista Fidel Calderón, emitiendo un comunicado que en su encabezado pronunciaba: ‘Habrá Consulta Popular sobre posible juicio a ex gobernador Silvano’, me llevé la mano a la frente y pensé… el primero ya cayó en la trampa, ya entró al ring con un fajador como lo es Aureoles Conejo… empieza la pelea.
Y es que, sin duda; la campaña mediática del ex mandatario estatal está girando en torno a las respuestas que emiten sus contrarios en contra de él, por lo que apostará a ser el centro de atención.
Esta semana las provocaciones de Silvano aumentaron, lanzándose contra Juan Carlos Barragán, legislador morenista que anteriormente tuvo diversas posiciones dentro del gobierno del perredista. En varios medios de comunicación estatales se publicó una nota donde Aureoles Conejo, se refirió irónicamente a él, sabiendo que es de mecha corta y que reaccionaria al igual que Fidel Calderón.
Dicho y hecho; Juan Carlos Barragán no tardó ni dos horas en arremeter contra Silvano mediante un comunicado de prensa… otro más que picaba el anzuelo.
Así pues, las charlas de café, de bar o de fonda; podrán analizar, resolver y enjuiciar; pero la última palabra la tendrá el futuro cercano con base en el pasado no tan lejano…. seguramente la historia de mala memoria y poca vergüenza tendrá segunda, tercera y hasta cuarta parte.