CuartoPoder Michoacán

Muerte de Yupik inevitable por falla cardiaca, confirman

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CuartoPoder / Pedro Antonio Aguilar

Morelia, Mich.- Yupik, la histórica osa polar del Parque Zoológico “Benito Juárez”, falleció el día de ayer a los 27 años de edad a causa de una falla cardiaca, así fue dado a conocer a través de la necropsia realizada al ejemplar.

Tres patólogos externos, el cuerpo médico del recinto faunístico y un representante de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), realizaron el estudio forense para constatar lo ocurrido.

Tras el estudio se concluyó que su muerte fue inevitable debido a que hubo una ruptura de la arteria aorta, lo que provocó hemorragia interna, resultados que fueron por consecuencia de padecimientos propios de un animal de edad avanzada, ya que la osa logró superar los 18 años de expectativa de vida de la especia en vida silvestre.

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El director general del Parque, Josué Rangel Díaz, enfatizó que de manera protocolaria, se tomaron muestras de los órganos del cuerpo para su posterior análisis histopatológico y confirmar el diagnóstico.

Asimismo el parque zoológico informó que los días anteriores a su muerte, Yupik se encontraba clínicamente sana, ya que no presentaba ningún signo clínico, posturas anormales, falta de apetito, letargo, depresión ni signos de dolor.

En la realización de la necropsia participaron patólogos externos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), el Instituto Mexicano de Fauna Silvestre y la Universidad Autónoma de Querétaro.

 

La historia de Yupik

Yupik era una osa polar que cumplió 27 años de vida en cautiverio, superando los 18 años promedio de este tipo de mamíferos en vida libre.

La osa polar, considerada como uno de los principales íconos del Zoo de Morelia, llegó a la capital michoacana con apenas tres meses de edad, después de que excavaciones en glaciares acabaron con su madriguera y la vida de su madre.

Yupik llegó a Morelia al ser donada por el Zoológico de la ciudad de Anchorage, Alaska, donde médicos le proporcionaron a ella y a un hermano diversos cuidados, al ser encontrados en orfandad y expuestos a diversos peligros.

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El hermano de Yupik murió en el zoo de Alaska al no lograr adaptarse a la alimentación y otros factores, sin embargo, la osezna logró sorprender a especialistas con su rápida adaptación.

La longevidad de Yupik le provocó, como a cualquier ejemplar de su especie, rigidez en articulaciones, pérdida de tono muscular y debilidad en sus piezas dentales, por lo que su traslado a Reino Unido suponía diversos riesgos.