CuartoPoder / Marco Antonio Duarte
Morelia, Mich.- Y así regresó: por escasas horas, con pocos privilegiados y en un escenario ajeno, pero no desconocido. Chiquito pero Grandioso… No hubo mejor definición para El Quelite, el bar de todos, el bar de nadie…
Caras conocidas, pero sin nombre. Todos amigos en común. Reencuentro multi-generacional y cultural. ¡Cuánto te extrañaban mi Quelite, el Quelite de nosotros!
El barril dio cuenta de la misma cerveza, la barra de los mismos tragos. Checo, el anfitrión, el barman, el amigo de todos, no ha cambiado mucho: aún usa su clásica barba y sus anteojos. Todo es tradición, tranquilidad –sí, aquí había paz- y diversión en El Quelite, nuestro bar…
Aquí refrendaron su gloria Bob Marley, Los Fabulosos, Calamaro, Gun’s and Roses, Deftones, Metallica, Bob Marley, Maldita Vecindad, The Doors, Los Cafres, Caifanes, Molotov y hasta Los Cardenales de Nuevo León o los Cadetes de Linares –sí, increíble, pero también aquí sonaron con lleno total en un 18 de mayo, en un aniversario de Morelia-. En esa fecha, los incondicionales clientes y amigos fallaron…
Eran seis metros cuadrados, en la Calle Real, sí, en la Avenida Madero #490. Nadie entendió tu cierre, ni mucho menos tu cambio al cruce de Bartolomé de las Casas (#310) y Juan José de Legarza, pero no importa si hoy, en el regreso de El Quelite, ocupabas mesa o barra en García Obeso #169 –Sí, en Salón Purpura, o lo que queda de él- ¡Y aquí estaba mi familia.
Tardes-noches soleadas, lluviosas, invernales o sentimentales –sí, El Quelite era psicólogo-, así fue su historia de tarro en tarro y cuba en cuba, con el mejor himno de fondo:
“Qué más quisiera que pasar la vida entera,
como estudiante el día de la primavera.
Siempre viajando en un asiento de primera,
el comandante de tu balsa de madera”.
“Al mezcal no se le busca, se le encuentra”, así es el slogan secundario que adoptó, por unos momentos, El Quelite. Al bar, nuestro bar, tampoco se le busca, se le encuentra en cualquier lugar, con cualquier rola de reggae, de rock, de protesta…
Quelite, gracias. Tú regreso sólo fue para los ochenta primeros, pero, como los últimos serán los primeros ¡el 81 –el de la playera del Cruz Azul- abrió la barra! ¡GRACIAS!