CuartoPoder / Redacción
Para proteger a la población de posibles riesgos sanitarios, la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) a través de su Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), ya verifica que las albercas y balnearios del estado estén aptos para el recreo humano.
Es así que las más de 100 albercas y balnearios que hay en el estado, incluyendo las de hoteles, clubes deportivos y escuelas de natación, ya son monitoreadas por el personal de las 8 Jurisdicciones Sanitarias que hay en la entidad, para que en el caso de llegar a detectar alguna anomalía en el agua de las albercas, estás puedan corregir antes del periodo vacacional de Semana Santa.
Con estas acciones preventivas se podrán evitar riesgos a la salud en la población usuaria, ya que para ello la autoridad sanitaria cuenta con un programa de Calidad Bacteriológica en el Agua de Albercas, el cual tiene por objeto proteger a la población usuaria de enfermedades asociadas a la contaminación del agua, como las conjuntivitis, dermatitis y enfermedades gastrointestinales.
Serán 120 los balnearios, albercas y clubes deportivos los que serán verificados; y en éstos lugares se tomarán muestras al agua, para detectar o descartar la presencia de coliformes fecales, E. Colli y amiba de vida libre.
La vigilancia a las albercas es permanente durante todo el año, pero se intensifica en periodos vacacionales.
En el caso de Morelia se verifican 32 establecimientos con alberca en promedio, mientras que en a la jurisdicción Sanitaria de Lázaro Cárdenas un estimado de 16.
Las muestras son enviadas para su análisis al Laboratorio Estatal de Salud Pública; y de llegar a encontrar resultados fuera de norma, se ejecutan amonestaciones con apercibimiento a los establecimientos que incluso pueden llegar a las suspensiones.
Las albercas que salgan fuera de norma deberán corregir una semana antes de la Semana Santa, para que a partir de esa fecha puedan estar listas y aptas para el arribo de visitantes y turistas que acuden a Michoacán.
A los propietarios de los balnearios también se les capacita para que vigilen que los visitantes se bañen antes de utilizar las albercas, que los sanitarios estén cerca de las piscinas para que quienes acuden no realicen sus necesidades fisiológicas dentro de ellas y para que pongan reglamentos dirigidos a los usuarios.
La cloración del agua de las albercas es de igual manera supervisada, es decir que se vigila que cloren el agua y que la cantidad de cloro que usen sea la adecuada y que se encuentre dentro de los límites aceptables para evitar riesgos a la salud.
Con la vigilancia en la cloración se garantiza que la gente que acude a nadar ya también a lavarse las manos o a bañarse, lo haga con agua potable.