CuartoPoder / Verónica Torres Medrano
Morelia, Mich.- Seguridad, salud y educación son los grandes pendientes de Silvano Aureoles Conejo al frente del Gobierno de Michoacán. Hoy, cierra un capítulo de seis años, donde la crisis financiera es un claro ejemplo del declive de su gobierno, tema que por sí solo evidencia las dificultades por las que atraviesa el estado.
Pero son tres los sectores que fueron los más golpeados por la todavía administración, que si bien se cacaraquearon diversas acciones y logros, muchas fueron puesto en evidencia por los trabajadores y los pocos hasta nulos resultados que se registrados.
Seguridad
El crimen organizado poco a poco ha ido ganado terreno en diversos puntos de la entidad, principalmente en la región de Tierra Caliente. La falta de coordinación con el Gobierno Federal ha puesto en evidencia una estrategia fallida y un estado de indefensión e ingobernabilidad.
El exilio y desplazamiento de cientos de familias para buscar lugares donde sobrevivir, el grito de la Iglesia, el troce de las carreteras, el corte a las comunicaciones, y el olvido de las autoridades evidenció la situación.
El Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) dijo que se estaba trabajando y haciendo su parte, mientras que el Gobierno Federal dejó desprotegido. Sin embargo, fue la Fiscalía General del Estado (FGE) la instancia que reconoció una problemática sin atender donde existe la presencia del crimen organizado. Al menos son cinco grupos fácticos que se pelean el estado.
Si bien se concretó el C5i, los salarios de los elementos de seguridad son deplorables, la violación a los derechos humanos incrementa constantemente y no se cuenta con el equipamiento necesario para la atención de las emergencias.
Educación
El mayor problema en este sector es la falta de la federalización de la nómina, debido al déficit financiero que se arrastra de años atrás y que la administración de Enrique Peña Nieto no tomó en cuenta para librar a Michoacán del problema.
La falta de pagos de las nóminas, inclusive de las prestaciones y bonos obtenidos por los contratos colectivos, ha sido el mayor jaque en la entidad.
Con la actual administración federal de Andrés Manuel López Obrador no se ha concretado la federalización, pese a que hubo promesas en el tema. Mientras que con Alfredo Ramírez Bedolla se prevé atender la problemática, pero no existe fecha.
Otro tema que afecta aquí es la infraestructura física. Si bien se hicieron obras y fueron inauguradas, muchas escuelas, en zonas de marginación, siguen siendo de palitos y no cuenta con los insumos básicos para que los menores acudan y estudien.
Salud
El desabasto de medicamentos, materiales de curación e insumos fue la mayor evidencia de una crisis en el sector salud. El no contar con los equipos médicos y el personal suficiente para la atención, además de negar los servicios, forman parte de la irregularidades que hay en salud.
Si bien las obras de los Hospitales del General “Dr. Miguel Silva” e Infantil “Eva Sámano de López Mateos” lograron concretarse tras años de promesas, los trabajadores han evidenciado que las construcciones tienen fallas y que no han sido atendidas por las autoridades, poniendo en riesgo no solo a los recursos humanos, sino también a los pacientes y sus familiares.
Otro de los fallos que evidenciaron varios gremios sindicales fue la supuesta rehabilitación y mejora de centros de salud y hospitales, los cuales nunca fueron equipados y solo para la foto contaban con lo necesario para la atención. Elefantes fueron considerados y en total abandono.
También el despido del personal fue mayor, sin importar la antigüedad que tenían. Los trabajadores del extinto Seguro Popular nunca fueron recontratados y reubicados, pese a que hubo la promesa de ello.
Lo único que se logró en salud fue la atención del COVID-19, pese a la saturación de los servicios tanto en consulta, así como en hospitalización, se logró estabilizar el tema, más no triunfar en el mismo.
