CuartoPoder / Redacción
Morelia, Mich.- Nada mal les fue a los Neo-Bedollistas en el gobierno de Silvano Aureoles Conejo. Son varios los que rápidamente siguieron la voz del “tlacuache” Garizurieta: Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error, y cambiaron el amarillo por el guinda. Dejemos de lado la incongruencia política y conozcamos la continuidad económica que los funcionarios antes perredistas ahora morenistas obtuvieron.
Marx Aguirre, candidata por el Partido Verde a la presidencia municipal de Morelia, ahora subsecretaria de Organización y Desarrollo de la secretaría de Desarrollo Rural. Durante el gobierno de Silvano Aureoles se desempeñó como subdirectora de la Procuraduría de Protección al Ambiente con un salario cercano a los 30 mil pesos mensuales. En la administración de Alfredo Ramirez Bedolla duplicó su salario, ahora son 60 al mes.
El director general jurídico de la Secretaría de Finanzas, que comanda Luis Navarro, se llama Sergio García Lara. Antes que incorporarse a las filas de Morena, tuvo varios cargos en el anterior gobierno, director de área, coordinador “B”, secretario técnico y director de Mejora Regulatoria. Su salario mensual siempre osciló entre los 35 y los 45 mil pesos. Ahora, con Honestidad y Trabajo, gana más de 60 mil.
Rosaura Juárez Arriaga, en el gobierno de Silvano, fue jefa de departamento en el Centro de Convenciones, con un modesto salario mensual cercano a los 20 mil pesos. Ahora, como subsecretaria de Desarrollo Turístico, con Ramírez Bedolla, una más que supera los 60 mil pesos.
Cesar Erwin Sánchez Coria, es uno de los casos emblemáticos del oportunismo político y administrativo, traducido en beneficio personal. Su pasado reciente es cien por ciento perredista que lo llevó a la dirección general del Fideicomiso de Parques Industriales del Gobierno de Michoacán, con un salario que rondaba los 40 mil pesos. Muy pronto olvidó los favores personales que recibió de Silvano Aureoles y se entregó al Morenismo, recibiendo como recompensa la titularidad del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, duplicando el sueldo mensual a los 80 mil pesos. ¡Nada mal!
Uno más en este breve y primer recuento de esa especie de la fauna política llamada chapulín-camaleón. Oscar Celis Silva, quién siempre navegó con movimiento de péndulo, se mantuvo hasta el último segundo que le permitió la circunstancia como director general del Centro de Convenciones de Morelia, devengando un salario de poco más de 45 mil pesos mensuales. Viva el rey, muera el rey, adiós Silvano y bienvenido Alfredo. En el actual periodo gubernamental ocupa el cargo de coordinador de Atención Ciudadana y su cheque mensual anda por los 65 mil pesos.
Este recuento no termina aquí, pues hay más mujeres y hombres que fueron atacados por la amnesia y de un día su piel cambió de color y se volvieron muy “morenos”. Entre las joyas pendientes está la familia Bugarini cuya ambición (disfrazada de necesidad), merece mención aparte.