CuartoPoder / Helena Cintora
Morelia, Mich.-El mal gusto de algunos personajes y sus responsables de comunicación se hace patente desde el momento en que se les clasifica en medios «chiquitos» o «grandes», ya que muchas veces en esto va implícito el trato que se les da y los montos por los que se acuerda la difusión de información y publicidad. Una buena estrategia de comunicación debe elegir la prensa con la que va a trabajar en base a varios factores y no al azar.
Es muy fácil para muchos, perder de vista que los medios de comunicación son un sector como cualquier otro, son empresarios y si en todo caso hay que ponerles etiquetas, éstos serían pymes, no solo son generadores de empleos, sino que tienen la gran responsabilidad social y moral de informar a la población.
Cualquier estrategia de posicionamiento político debe eminentemente ser mediática, ya que son quienes logran entrar a la casa de cada ciudadano, sin embargo, el juego de te pego, te pago, te debo y demás, ha logrado viciar esta relación. Lo que cada medio de comunicación oferta es distinto al igual que las necesidades de cada político.
El desconocimiento de la prensa lleva a quienes toman las decisiones, a hacerlo de forma muchas veces errónea, ya que se basan en su percepción y no en datos reales. La forma en la que los reporteros se desplazan en el estado cubriendo regiones, las necesidades y demandas de cada uno, el público al que llegan y hasta el material que requieren para difundir es sumamente distinto de un medio a otro.
Hay directivos que son dueños, reporteros y todólogos, incluso son familias enteras dedicadas por generaciones a su empresa, esto ocurre mucho en los municipios michoacanos y si algo tienen los medios «chiquitos» que no logran los «grandes», es que llegan a cada localidad y rincón de los lugares donde centran sus oficinas. Son menospreciados por no tener grandes infraestructuras, gran renombre estatal o miles de followers en redes sociales.
Esto no resta importancia a los grandes y exitosos medios, que han logrado crecer gracias a que se mantienen a la vanguardia y en el gusto de la ciudadanía para informarse, pero no lo son todo, se deben generar por los responsables, estrategias completas y fundamentadas en este tema según los objetivos de cada político.
La relación política-medios, muchas veces es tirante y el depender de los contratos de este tipo para subsistir sobre lo comercial, ha permitido el abuso y la falta de cumplimiento de los acuerdos por ambas partes, llegando a caer en el «billetazo», una antigua práctica con la que los propios trabajadores de la prensa han demeritado su labor, es un juego conocido por todos.
Si bien es imposible tener contratos con todos, se puede al menos dar un trato digno y respetuoso, muchos ya están cansados de ser maltratados y humillados por políticos que tiempo después los buscan para pedir su apoyo como si nada hubiera pasado.
Una vez escuché a un gran periodista decir: «talvez los medios no te hacen ganar elecciones, pero si te hacen perderlas».