Morelia, Mich.-Sobra razón al dirigente del PRD en Michoacán, Juan Bernardo Corona, cuando se pregunta: “¿que no podemos ponernos de acuerdo, en por lo menos 80 distritos federales para lograr el contrapeso en la Cámara de Diputados?”.
La alianza opositora, se cocina para las elecciones federales intermedias. En lo local, ya se verá.
Es un tema de sobrevivencia. De interés nacional; de unidad, por encima de divergencias ideológicas. “A todos nos va mal, parejo, militantes, apartidistas, abstencionistas, empresarios, trabajadores, campesinos. Nadie puede decir que le va a toda madre”, dice por su parte, el dirigente estatal del PRI, Jesús Hernández.
Las alianzas electorales no son nuevas y han recorrido un largo camino. ¿Qué ha fallado? La selección: cuando no salen malos, resultan peores los que encumbran en el poder. Nuevamente lo estamos sufriendo. Sueños que se convirtieron en pesadilla.
Es cosa, como dice Juan Bernardo, que se pongan de acuerdo en cada distrito.
El PAN ha dicho que con el PRI, nada. La soberbia azul. Pero lleva una década trabajando con el PRD. El dirigente estatal, Oscar Ledesma, es la mejor prueba: es diputado local de mayoría, gracias a los votos amarillos. Aquí se requiere de sumar, no restar. No hay llanero solitito.
Y sí, a toditos no va de la refregada. Hasta a los canijos delincuentes. ¿Qué le roban al pobre que no trae un peso en la bolsa porque perdió el trabajo? Se meten a una casa y no encuentran más que deudas y Covid. Las empresas quebradas y los campesinos e indígenas, en el abandono. Burócratas que no les pagan la quincena, o ya les mocharon una buena parte, para “la austeridad”.
Los morenos y fans de AMLO ¿no lo sufren? ¡Claro que sí! Pero calladitos se ven más bonitos.
O sueltan la sopa, como el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo. No importa que lo haya dicho en marzo o esta semana: la 4T es pura retórica engañabobos. “Está llena de contradicciones muy fuertes y de luchas de poder”.
“No idealizar la 4T porque no está en la cabeza del Presidente ni en su gabinete”. Lo dijo un secretario de Estado.
¿Cómo le cayó a López Obrador la filtración del audio? Para que vean que a él también le va de la fregada.
Pero lo mejor, finalmente la respuesta de ayer del Presidente, en Sonora: él es el responsable de las decisiones en el gobierno y por tanto de todas sus estrategias fallidas en seguridad, salud y economía…
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Y es que López Obrador hace escuela con los gobernantes emanados de Morena, con las malas decisiones.
Por eso le va muy mal en las redes sociales, al alcalde de Morelia, Raúl Morón, con dos errores tremendos: con semáforo rojo, china libre a restaurantes, bares y antros. ¡Claro! Los giros rojos es lo que más deja, y sus informes en nueve tenencias y el 15 de agosto, en la plaza Jardín Morelos con 300 invitados especiales, comenzando con el presidente López Obrador. Qué tal que si venga.
Pero ya chole con eso de los “especiales”. ¿De qué o en qué? Les apuesto que serán los mismos de siempre: empresarios, ministros de culto, la milicia, la horda de legisladores, algunos funcionarios federales y desde luego, el ayuntamiento y dirigentes de Morena. Neta. Ese calificativo no es más que otra de las contradicciones de la 4T.
Desde el 22 julio, la Secretaría de Salud del estado advirtió que de relajarse las medidas sanitarias con la reactivación socioeconómica, podría llegarse a los 10 mil casos positivos de Covid para el 10 de agosto, de acuerdo a las proyecciones del modelo matemático Kermack-McKendrick. A finales de ese mes, ya había valido gorro.
El 30 de julio, el gobernador Silvano Aureoles emitió un decreto de medidas extraordinarias, uso obligatorio de cubreboca y horarios específicos para establecimientos nocturnos y se prohibió la operación de tianguis y mercados los fines de semana.
Pero dijo Morón Orozco, que en Morelia las decisiones las toma él. Llovió la crítica en redes y el día 4, el desacuerdo de Silvano con el desacuerdo del edil:
“Esa es una verdadera irresponsabilidad, porque juegan con la vida de las personas, juegan con la vida de las familias. Hasta que no se les enferma algún familiar o fallece algún cercano, entonces si reaccionan, y entonces quieren apoyo de inmediato de los servicios de salud, pero antes no hacen la parte que les toca, siendo los principales responsables de la salud en sus municipios. Pero tiempo al tiempo. Después empiezan las quejas y las demandas de apoyo, por andar promoviendo que la gente no cumpla con las medidas sanitarias.
“Morelia tiene un millón de habitantes, si se nos llega a salir de control, no nos la vamos a acabar, porque no nos alcanzarían los espacios ni el personal médico para atender a la gente contagiada o enferma. Pero el mal ejemplo lo pone el Presidente de la República al no usar el cubrebocas, qué podemos esperar de los que lo siguen”. Así en su mensaje en redes, el mandatario.
Al cierre de ayer, Michoacán ya sumaba 10 mil 646 casos acumulados y 850 vidas perdidas. Nada más por no aceptar la gravedad de la situación…
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Y es que todo alrededor es muerte, incertidumbre. México está en el punto A y ni siquiera puede ver el punto B. Así de mal.
En el gremio periodístico, cerca de 20 colegas caídos por Covid y en una sola semana, tres absurdas muertes: Tere Huerta, de Veracruz, luego de una larga agonía por un accidente vehicular; a Pablo Morrugares, de Guerrero, le dispararon dentro de un bar en Iguala, y aun con escolta al estar adherido al Mecanismo de Protección a Periodistas.
En Uruapan, Michoacán, Luis Eduardo Ochoa Aguilar, que si bien no se encontraba en activo desde hace tres años por estar en la academia, era muy apreciado por el gremio al haber trabajado para varios medios del estado.
Y eso es lo extraño de su asesinato.
Corrieron dos versiones: que le dispararon en la cabeza cuando estaba en su carro; la otra, que estaba en su casa con unos amigos, oyó un pleito afuera. Salió y al tratar parar la pelea, le dispararon.
La real, es que se encontraba en la casa de su abuelo, salió con él a comprar unas hamburguesas y en el camino y unos sujetos los asaltaron. Lo raro, es que a Lalo, uno lo separa, se lo lleva a un jardincito y le dispara dos veces en la cabeza. No había revelado amenazas de muerte, pero al parecer si había una en su contra.
La Fiscalía General del estado está obligada a resolver este crimen, pero también el de Chava Adame, cometido en 2017, y los de una docena más. Si ya les dieron carpetazo, porque cualquiera que sea la razón, que se informe, porque tenemos derecho a eso, sus familias y periodistas: saber porqué murieron y a manos de quién.