CuartoPoder / Verónica Torres Medrano
Morelia, Mich.-Un total de 10 mil familias dedicadas a la recolección de resina se encuentran vulnerables por la contingencia sanitaria de COVID-19; desde hace cinco meses no tienen trabajo, aunado a que no cuentan con servicios médicos tras la desaparición del Seguro Popular.
El Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible estima que son entre 40 mil a 50 mil las personas afectadas, más cuando el 50 por ciento de la actividad forestal se dedica a la recolección de resina.
Visibilizar la cadena de valor y las afectaciones por la pandemia son temas que deben atenderse de manera inmediata. Sin embargo, ningún nivel de Gobierno ha atendido la situación de los resineros, quienes hoy son los guardianes de los bosques, pero que están quedando indefensos ante la falta de trabajo y búsqueda de ingresos fuera del lugar de origen.
Rosa Isela Soto vive en el Ejido Mata de Pinos, municipio de Hidalgo, en la región Oriente de Michoacán y de las 300 familias asentadas en el lugar, 120 se dedican a la recolección de la resina. Por año, se logra recolectar 200 toneladas y genera una derrama económica de 4 millones de pesos; hoy es inexistente.
“Desde hace cinco meses no obtenemos ingresos y la situación económica se ha vuelto critica. Al no tener ingresos, buscamos otros; en la comunidad ha incrementado los robos a las casas y la tala ilegal, de lo que se saca lo venden a intermediarios a bajo precio para llevar un sustento al hogar”, dijo.
Olga Leticia Enríquez vive en la zona Purépecha del Estado, en específico en Cherán donde están asentadas 300 familias que se dedican a la recolección de resina; hoy están en riesgo 2 mil árboles, debido a que los resineros tuvieron que buscar un trabajo fuera de la zona para poder subsistir ante la falta de ingresos.
“La compra de la resina disminuyó y hoy no tenemos nada de venta. Se empezó a buscar la recolección de alimentos en el traspatio de la casa y otros en el bosque, pero conforme pasa el tiempo se agotó”, dijo.
Comentó que hay familias que viajan a Jacona para trabajar en una empacadora de fresas y se corre el riesgo de enfermarse, toda vez que los camiones que transportan al personal van llenos y sin las medidas de prevención. “Si no se reactiva la venta de resina, los bosques ya no serán iguales y se corre el riesgo de que los maten, porque los resineros ya no cuidan y buscan otro trabajo para llevar el alimento a casa”.
Para el integrante del Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Aplicada (GITRA), Jaime Navia refirió que mientras no haya un apoyo por parte de los gobiernos en el tema, los bosques podrían acabase por la tala ilegal que pueda generarse y el cambio de uso de suelo, porque la población busca subsistir y el campo se ha convertido, en los últimos meses, una opción sustentable para los dueños de las parcelas, principalmente para la venta de aguacate y berries.
Tema que para el presidente de la Asociación Regional de Interés Colectivo de Lázaro Cárdenas (región Oriente), Abel Tello va en incremento el cambio de actividades para poder subsistir. “Es necesario buscar la reactivación de resina y que no haya intermediarios para que este sector realmente mejore sus condiciones de vida”.