CuartoPoder / Verónica Torres Medrano
Morelia, Mich.-La pandemia de COVID-19 no solo ha reflejado los casos y las defunciones, sino también el poco apoyo por parte de los recursos humanos para sacar el trabajo delante de las dependencias y órganos autónomos.
Caso de ello es la Auditoría Superior de Michoacán (ASM), donde si bien el año pasado realizaron la auditoría de las cuentas públicas 2019 durante la pandemia (que hoy persiste), fueron muchos quienes no participaron. Solo el 30 por ciento del personal ha laborado durante la contingencia sanitaria.
El auditor Superior de Michoacán, Miguel Ángel Aguirre Abellaneda reconoció esta situación, por lo que indicó que “un buen grupo de auditores” no participaron en la actividad mencionada, por lo que conllevaría a una reestructura que se requiere en la instancia fiscalizadora, pero además, tomar cartas en el asunto para conocer los motivos de esta negativa.
Si bien indicó que se logró sacar la auditoría de las cuentas públicas 2019 de 221 entes, reconoció que la ASM es un “organismo obeso y hay que reducir el aparato burocrático y aumentar más la fuerza de trabajo con los auditores”.
Señaló que Auditoría Superior de Michoacán tiene muchas áreas que deben desaparecer, inclusive no se descartó un adelgazamiento de hasta el 70 por ciento, con la posibilidad de incrementar hasta 10 por ciento en el tema de la auditoría.
Asimismo, indicó que las pláticas con el Congreso del Estado y el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Legislativo (STASPLE) continúan para que los 100 sindicalizados sean transferidos al Poder Legislativo. “En este mes estamos trasladando al personal sindicalizado al Congreso, ahorita nos quedaremos con no más de 20 y los demás se van a poner a disposición, tendrán que ser reubicados y vamos a empezar con la cuestión de reestructura al personal”.