CuartoPoder / Redacción
En aras de evitar las enfermedades gastrointestinales, oculares y dermatológicas, la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) y la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) realizaron el curso-taller «Agua de calidad en albercas», con la capacitación del personal sanitario para que vigile que el agua de las albercas sea apta para la recreación humana y esté libre de riesgos.
En representación del secretario de Salud, Elías Ibarra Torres, el titular de la Coepris, Rafael García Tinajero Pérez inauguró el curso-taller, en el cual se abordaron temas relacionados con la vigilancia epidemiológica y el panorama sobre la amiba de vida libre detectada en albercas, normas oficiales mexicanas que hablan sobre los requisitos sanitarios y calidad del agua que deben cumplir las piscinas , así como las sanciones a las que se pueden hacer acreedores los propietarios de este tipo de establecimientos.
Tinajero Pérez explicó que se busca prevenir y minimizar los riesgos a la salud pública por enfermedades gastrointestinales, de la piel y otras ocasionadas por ingestión, contacto e inhalación de microorganismos patógenos y sustancias químicas en el agua de albercas no saneadas adecuadamente, por lo que es vital que los propietarios de estos giros les den el debido mantenimiento para que se encuentren limpias y desinfectadas.
Las albercas se contaminan por varias vías, una es por causas ambientales, es decir por la lluvia, el arrastre de hojas, ramas, lodo y piedras, pero también porque los mismos usuarios las ensucian.
Estudios realizados en Estados Unidos señalan que el 65 por ciento de la población de ese país se baña antes de nadar en una alberca, mientras que en México sólo el 31 por ciento se ducha, según investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
No tomar un baño antes de nadar, no usar traje de baño y nadar con la ropa con la que la persona salió de casa, genera contaminación al agua en las albercas, por ello es importante quitarse la ropa interior y de uso diario y utilizar un bañador limpio, de lo contrario el agua se contamina de amibas, hongos, molusco contagioso y otras más.
Otro estudio realizado en Canadá arrojó que en las aguas de las albercas se detectan hasta 75 litros de orina de los propios usuarios, mientras que en México se presume es más, de ahí la necesidad de que los propietarios de estos establecimientos acuáticos, clubes de natación y hoteles establezcan reglamentos de limpieza y baños cerca, para que los visitantes no realicen sus necesidades en ellas.
Las principales enfermedades que los usuarios pueden adquirir si una alberca no está limpia son otitis, dermatitis, pie de atleta y diarrea tras haber ingerido agua de la piscina, de ahí la urgencia de que tanto los bañistas como los propietarios respeten las normas sanitarias y los reglamentos de limpieza, para evitar enfermedades, sobre todo por contaminación fecal.
Es por ello que la SSM además de capacitar, vigila de manera permanente el agua de las albercas, y con mayor intensidad en temporada de vacaciones.